jueves, 27 de agosto de 2009

Nunca fue tan hermosa la mentira
como en tu boca,
en medio de pequeñas verdades banales
que eran todo tu mundo que yo amaba,
mentira desprendida sin afanes,
cayendo como lluvia sobre la oscura tierra desolada.
Nunca tan dulce fue la mentirosa palabra enamorada
apenas dicha,ni tan altos los sueños ni tan fiero el fuego
esplendoroso que sembrara.
Nunca, tampoco,tanto dolor se amotinó de golpe,
ni tan herida estuvo la esperanza.
Piedad Bonnett

1 comentario:

  1. A ver... Digamos que de pronto te has propuesto destruirme. Digamos que has encontrado las palabras. Digamos que lees el alma mia, y que la sabes derrotada. Digamos que sientes mis sentidos, que penas mis desesperanzas.
    Digamos, entonces, que sabes todo lo mio, lo que grito, lo que callo, lo que muestro, lo que ocultaba.
    Digamos que cada una de sus mentiras eran agua para mi sed, eran mi furia, eran mi calma. Que miriria de nuevo por ellas, que son mi VERDAD mas adorada.
    Digamos que me conoces, vagamente...

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